Estos ácidos grasos son
necesarios para la regulación del sistema inmunitario. Para una buena
prevención ante infecciones es necesaria la presencia de ácidos grasos omega 3
para la función de los fagocitos y la gestión bactericida de los neutrofilos.
EPA y DHEA especialmente
y presentes en los omega 3 pueden considerarse importantes en la reducción
inflamatoria. Cobran importancia en las respuestas hiperactivas respiratorias.
Los aceites de pescado
Omega 3 también reducen la presión arterial,
protegen la piel, ayudan a metabolizar la grasa, disminuyen las agujetas
después del ejercicio físico.
Estudios recientes
publicados en la revista British Journal of Nutrition demuestran que los Omega
3 disminuyen la rigidez arterial y reducir el riesgo de ataque coronario en un
17%.
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